Rubén Gutiérrez, candidato a lehendakaritza -ko hautagaia

Hola, soy Rubén Gutiérrez Sobrino, Algorteño del 77 y que curso estudios en Azkorri Ikastetxea hasta que en 1995 inicié la licenciatura de Derecho en la Universidad de Deusto. En verano de 2000 tras acabar la carrera me puse a trabajar en un despacho de abogados en donde ejerzo desde entonces.

Mis inquietudes políticas se remontan a la preadolescencia (cuando ya debatía con compañeros y amigos sobre los problemas políticos de la sociedad) si bien sería con 17 años cuando decidí ayudar a los partidos que sufrían el acoso terrorista, como simple colaborador para rellenar listas o estar de apoderado en los Colegios electorales.

Hastiado por la política de partidos tradicionales y nuevos con los mismos vicios de siempre, decidí en 2018 junto con otros ciudadanos vascos de muy diversos ámbitos, constituir Libres Por Euskadi (LxE) con una idea firme: que en Euskadi si fuese posible desde la sociedad civil regenerar y dignificar la política, sin extremismos y sin exclusiones.

Uno de nuestros principales objetivos es hacer llegar a la totalidad de Euskadi un despertar del adormecimiento instaurado por el binomio PNV – PSOE, que lejos de afrontar la realidad de una Euskadi en decadencia económica, con un problema demográfico y en la Educación terrible, nos vende la imagen de una eficacia que solo esconde un sistema de conveniencia y amiguismo.

Mis compañeros y yo mismo, somos una rara avis en el mundillo político: todos nosotros llevamos trabajando muchos años en nuestras diversas profesiones, sin haber cobrado un solo céntimo del mundo político y todos nosotros tenemos una enorme vocación de servicio a la ciudadanía.

Así, frente a los que llevan viviendo de la política toda su vida (uno observa los candidatos del resto de formaciones políticas y se percata de que ninguno de ellos vive en el mundo real), nosotros somos una alternativa de la sociedad civil: la médico, el informático o la currela de fábrica que desea una Euskadi diferente, en la que las oportunidades sean para todos y no haya personas con privilegios por sus ascendencias políticas.

“El camino es largo pero vale la pena”.