Una Vitoria-Gasteiz más segura

Según un estudio de un medio de comunicación en Vitoria-Gasteiz hay 33 lugares de esos que el peatón prefiere rodear o, en caso de tratarse de una zona de paso ineludible, acelerar la marcha mientras escucha sus propias pisadas. La sensación de peligro se incrementa por la noche y aún es mayor si quien da el paseo solitario es una mujer.

Tres son las características que llevan a considerar una zona peligrosa: la falta de iluminación, la ubicación apartada y desangelada y que se trate de un lugar frecuentado por personajes más o menos estigmatizados. Por eso, casi todos los colectivos vecinales reclaman para sus particulares puntos negros dos soluciones fundamentales: mejorar la iluminación y potenciar la Policía de proximidad, histórica pretensión que, parece, nunca llega a satisfacer plenamente las expectativas vecinales.

Los dos barrios que concentran más puntos negros son el Casco Viejo y Coronación. De este último, Esther Fernández, de la asociación vecinal Bizilagun, ha señalado a ese medio que «es bastante conflictivo» por «la cantidad de gente que hay y que no está acostumbrada a las normas. Muchos vecinos no salen a la calle porque les da miedo». El primer lugar hacia el que apunta es el entorno del centro cívico Aldabe, donde «ha habido varios incidentes», por lo que muchos usuarios han dejado de acudir al local, que «hasta ha tenido que meter a un guarda de seguridad». Además, señala cuatro calles «solitarias y desangeladas»: Manuel Díaz de Arcaya, Navarro Villoslada, Portal de Arriaga a la altura del parque del Norte y Tenerías. De esta última critica también la iluminación. «Hace años que estamos pidiendo que se mejore», reclama.

El Casco Viejo es un bario inseguro. Según Iñaki Nuño, de Gasteiz Txiki, la iluminación en el barrio «es preocupante», igual que la ausencia policial. Unas carencias que se unen a la propia estructura de la almendra medieval, de calles angostas y laberínticas, que hacen el barrio «un poco inseguro». Sobre todo los cantones. Y Fernando Arrikagoitia, ‘Cibeles’, de Ladera Oeste, señala de manera especial el conocido como de ‘las Pulmonías’, entre el del Seminario y el de Santa María, donde a la falta de luz se unen los coches aparcados que propician cobijo «a cualquiera que se meta entre ellos». De la plaza del Machete y los Arquillos, que ya han sido escenario de agresiones, apunta su aire «desolado», y también se refiere al arco de entrada del viejo seminario, junto a la catedral. «Antes, la puerta estaba cerrada por una verja, pero ahora entra cualquiera. Hay vecinos que han pedido hasta quitar los arbustos para que nadie se pueda esconder detrás».

Y es que las refrescantes explosiones de naturaleza en plena ciudad también son consideradas como lugares que invitan a la prudencia. En este sentido, los parques se llevan la palma. Incluso el céntrico de La Florida. «Es oscuro y boscoso», resume el líder vecinal Eduardo Cervera, «y la gente trata de evitarlo por la noche». No es que haya poca luz, sino que la vegetación crea sombras inquietantes que lo convierten en otro punto negro.

En cuanto a los parques y túneles, otros parques que las caminantes rodean son el del Norte, en Zaramaga; el de Arana, el de Judizmendi y el de Aranbizkarra. «Las mujeres no los vemos como sitios seguros», dice Alicia Martínez del Campo, representante vecinal de este último barrio donde, además, se ubica un lugar especialmente conflictivo: los soportales de la calle Madrid y adyacentes. «Ya ha habido algún susto porque hay muy poca visibilidad». Como solución para esta zona, al margen de mejorar la iluminación, las mujeres del barrio sugieren la instalación de varios espejos «como los que se colocan en los cruces de las carreteras» para detectar si a la vuelta de la esquina les espera alguna sorpresa desagradable.

Para LxE es obvio que tenemos un problema de seguridad en la ciudad y es el ayuntamiento quien debe garantizar el tránsito por cualquier calle, parque o zona de Vitoria-Gasteiz sí o sí y es por ello que tenemos la voluntad de revivir la figura del SERENO a modo de guardia municipal para asegurar estas zonas y hacer que nuestra ciudad sea mucho más segura. Poco a poco tenemos que tender a erradicar cualquier suceso de agresión, especialmente hacia la mujer.